Viendo a papá

                         Viendo a papá

Cuando era niña me gustaba ir a jugar al cuarto de mis padres, un día mi madre tuvo que salir y me dejo a cargo de papá.


En mi cuarto me había quedado todo el día así que decidí ir a jugar a su habitación, cuando entré mi padre estaba totalmente desnudo frotando su miembro después de ducharse, en mi vida lo era un pene totalmente erecto. ¿qué te pasó? Le pregunté con curiosidad. ¿Por qué se te puso así?. El un poco apenado no hallaba que responder. Se sentó en la cama para secarse los pies.

Yo me coloqué a su lado sin quitarle la mirada a su miembro. Estiré la mano y se lo apreté suavemente. Era de una sensación de terciopelo, tan grueso que mi mano solo cubría menos de la mitad de su diámetro. Duro como un tubo. Lo sentía palpitar. Papá estaba sereno sin embargo note que le agradaba lo que yo hacía. Sin decirle nada comencé a besarselo, olía a jabón de limón. No sé qué fuerza me impulso a meter la punta de su glande dentro de mis labios y comenzar a lamerlo.

Era algo mas fuerte que yo, era un placer que por nada del mundo quería perder. Papá agarró mi cabeza e introdujo mas su miembro, y comenzó a moverse hacia atrás y hacia delante. Al sentir que su pene vibraba dentro de mi boca pensé para mis adentros que era la sensación mas divina que había sentido en mi vida. Papá gruñía y se quejaba, entonces bruscamente me lo sacó de la boca, se volteó apretandose el pene y lanzó como cinco chorros de un líquido gris azulado espeso que regó pared y piso.

El silencioso y asustado cada momento me recordaba que no podía contarle eso a nadie. Ni a mi Madre. Yo desde ese momento comencé a tener sueños obsesivos con mi padre. Despertaba a media noche con la vaginita mojada, caliente y palpitante. 



Comentarios